Blanca pasó 20 años en los EEUU trabajando activamente para crearse una vida para ella misma y, más tarde, para sus hijos. Su estatus le presentó un sin fin de obstácuos para obtener acceso a recursos y oportunidades, y acabó encarcelada. A los 27 años fue deportada; tuvo que dejar a sus hijos y empezar de nuevo en México.