Bajo una amenaza de la Mara Salvatrucha, este migrante hondureño tiene que huir de inmediato. Dejando atrás de trabajo y familia, se une a una caravana en octubre de 2018. El camino es duro, pero se siente agradecido por la recepción de la caravana en México. Espera obtener asilo en EEUU, pero se quedar. Enfatiza que la caravana se compone de gente como él, quienes vienen no para invadir o causar problemas, sino para trabajar.