Robert llegó a los Estados Unidos por primera vez cuando tenía 4 años de edad. Después de haber crecido en San Diego y ser deportado junto a sus padres, Robert lleva los últimos 5 años de su vida viviendo en Tijuana trabajando en centro de atención al cliente y estudiando en una universidad. Su narrativa transmite la experiencia del desalojo por la deportación y el deseo de regresar a casa en los Estados Unidos.