La familia de Rogelio proviene de Michoacán, pero lo llevaron a San Diego cuando era muy niño. Aquí cuenta lo difícil que ha sido haber visto sólo tres días a su hija y no poder estar presente en su vida diaria y en su educación. Intentó regresar a Estados Unidos y como no sabía si sobreviviría, le compuso una canción a su hija. Rogelio también crea dibujos para su pequeña como una forma de mostrarle cuánto la extraña y la ama.