Valeria y su familia tienen que abandonar su casa debido a la violencia desmedida y la penetración de la droga en la cultura juvenil en Michoacán. En la frontera, esperan meses en un albergue porque los procesos de asilo en EEUU están suspendidas. Su esposo se enferma del covid-19 y afortunadamente se recupera. Pero las vulnerabilidades y riesgos tanto en el camino como en la frontera son muchos para migrantes como Valeria que sólo buscan seguridad y un futuro mejor para sus hijos.