Luis fue trabajador agrícola indocumentado, proveyendo una labor esencial en EEUU, por 14 años. Sin embargo, sus esperanzas para quedarse en el país fueron estropeadas debido a acusaciones de violencia doméstica. Le parece injusto que no obstante las leyes de santuario de California, ICE fue informado de estas acusaciones, y entonces lo detuvieron y deportaron. Sin poder quedarse en Guatemala donde casi lo mataron, ha vuelto a Tijuana donde fue testigo a un asesinato y tampoco se siente seguro.