En esta primera parte, Doris Martínez, originaria de Honduras, comparte la experiencia de cruzar la frontera sur de México, acompañada de su hijo de 14 años, y la fuerte vivencia de haber sido secuestrados por un grupo del crimen organizado, quienes los mantuvieron en cautiverio, en un lugar inhóspito, y sometidos con somníferos, hasta que ella y su hijo pudieron escapar.