En una larga espera en Casa del migrante Ciudad Juárez, María como solicitante de protección internacional, relata las razones por las cuales fue expulsada de Honduras.

—Nosotros vivíamos en Tegucigalpa, la flor del campo la número 1, pero lastimosamente ahí en ese lugar, depende de “las maras” no tenemos ninguna autoridad que nos defienda, no tenemos nada, estamos a la intemperie… ¡estamos a uno sálvese el que pueda! Y pues es lo que yo hice ahorita salvarme a mí y salvar a mi hijo. A mi país no puedo regresar, porque tenemos una amenaza muy grande…—