Sandra cuenta que tuvo que huir de Honduras por la violencia de las pandillas, que no sólo se peleaban a balazos continuamente frente a su casa, sino que llegaron a violentar a su única hija de 15 años, por lo que decidió cruzar la frontera sur de México hasta San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde está tramitando su documentación para residir de manera legal en el país.