Rodrigo es de Toluca, Estado de México. A sus cincuenta años tomó la decisión de viajar a Canadá, sin documentación, pero con el deseo de conseguir mejores condiciones de vida. Narra lo difícil que fue llegar a Toronto, sin conocer a nadie, no saber en dónde alojarse, sin suficiente dinero y sin saber en dónde trabajaría. Afortunadamente al poco tiempo conoció a un ingeniero que lo contrató para reparar techos. Con apenas dos meses de estar viviendo en esa ciudad, habla con nostalgia de lo diferente que es la vida ahí, pero también se refiere, con esperanza, a la posibilidad de que su esposa y su hijo menor puedan reunirse con él.