Felipe comparte su experiencia de ser un veterano de los Marine Corps que fue deportado. Después de vivir en los EEUU desde los cinco años y servir en los Marine Corps desde los 18 años, Felipe se encuentra atrapado en Tijuana y botado de un país que lo llamaba su hogar por toda su vida. Para Felipe, la experiencia de ser indocumentado y deportado ha marcado su vida de los dos lados de la frontera. La separación de su mamá y la proximidad física pero la distancia de su casa y su cultura hace que su vida presente en Tijuana es una de adaptación constante y el sentido de estar entre dos lugares.