Alexandro cuenta la historia de cómo llegó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años para vivir con su padre y trabajar para ayudar a su familia en Morelos, Mexico. Después de algunos errores, Alexandro fue deportado a Tijuana donde él continua siguiendo su pasión como chef de sushi. Él espera abrir su propio restaurante de sushi en Morelos para poder estar más cerca a su familia.