Ludvin solicitó asilo político, pero no fue asesorado correctamente, el juez le dio deportación voluntaria pero no pudo dejar a su familia que lo necesitaba. Años después lo detuvieron en un retén de carretera y vieron que no tenía licencia de conducir y que tenía una orden de deportación. Regresó a Guatemala donde estuvo muy deprimido e intentó suicidarse varias veces.