Miguel cuenta la historia de su llegada de la infancia al condado de San Diego y sus primeras experiencias con las drogas y la afiliación a pandillas. Después de su deportación a los 18 años, luchó por encontrar su lugar en México, mudándose con frecuencia y consumiendo drogas. Finalmente, el nacimiento de su hija fue una motivación para ir a rehabilitación, limpiarse y comenzar a vivir una nueva vida en México.