Una migrante con una convicción criminal por un incidente de violencia doméstica en EEUU, donde tenía un permiso de trabajo, intentó pelear la deportación, pero aprendió por las malas que perder su caso implicaba un castigo de 10 años (en vez de 5 años para una salida voluntaria), por el cual ha estado separada de su hijo menor por muchos años. Aconseja a otros migrantes que la vida no es fácil en EEUU y si acabas en la corte de inmigración, la mejor opción puede ser aceptar la repatriación voluntaria para que puedas volver más pronto con tu familia.