Después de vivir unos treinta años en los EEUU, un inmigrante indocumentado con un problema con el alcohol fue deportado a Tijuana. Ahora se halla en un país que apenas conoce. A su edad avanzada, le es difícil encontrar trabajo. Cuenta su historia como una advertencia a los inmigrantes en los EEUU que no aprecien la oportunidad que tienen.
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