Jonathan René cuenta su historia comenzando con las memorias nostálgicas y traumáticas de su niñez en su país de origen, El Salvador. Debido al aumento de violencia en El Salvador, con trece años, Jonathan migra a los EEUU para vivir con su papá donde trabaja en cocinas y en construcción. Después de que su primer amor migra de El Salvador a los EEU y tiene una bebé, su vida cambia después de tener problemas con las autoridades y es deportado. Deportado a El Salvador, Jonathan intenta establecerse, pero después de recibir amenazas de muerte, la violencia de las pandillas lo obliga migrar otra vez al norte. En Tijuana, Jonathan está intentando mantener un trabajo mientras enfrenta discriminación por ser deportado.