Daysi Canales, originaria de Honduras migra en el 2018 a Estados Unidos, meses después de haber llegado es empleada en un bar en la ciudad de New York, donde a través de un operativo de la DEA es puesta en prisión siendo inocente. Por temor a ser separada de su hijo (quien es ciudadano americano) solicita la deportación y se declara culpable de un crimen que no cometió. Ahora, vive en Tijuana con su hijo y pareja donde se encuentra a la espera de una respuesta del gobierno de los Estados Unidos de su petición de perdón siendo inocente.