En esta parte, el chico trans hondureño sigue narrando lo difícil que es conseguir dinero en honduras y el anhelo como en los estados unidos de comprar ciertas cosas como ropa o zapatos o alguna propiedad. También, narra la nostalgia de extrañar mucho a su abuela y a su tierra Honduras. Pero a pesar de las adversidades, tiene mucha esperanza de salir a adelante y como lo dice, “ante los ojos de Dios, somos iguales”. Le pide mucho a Dios, ora mucho para que Dios le guíe y pueda mostrarle el camino más claro.