Sergei y Timur, una pareja de varones gays, narran la intolerancia que se padece en Rusia, no solo por parte de la sociedad civil sino también del Estado ruso, mediante políticas públicas abiertamente homofóbicas. De sus respectivos lugares de origen, pueblos del interior, primeramente se mudaron a grandes ciudades, con la esperanza de poder vivir más libremente. Sin embargo, la discriminación hacia personas no heterosexuales también tiene lugar en metrópolis como Moscú o San Petersburgo. Además, la guerra con Ucrania exacerbó la violencia de la actitud del Estado ruso para con voces disidentes, de manera que se volvió prácticamente imposible vivir en Rusia sin tener una posición condescendiente con la administración Putin. Es entonces cuando, sin poder esperar más, Sergei y Timur deciden emigrar, eligiendo hacerlo por Turquía, país que no requería la tramitación de la visa. Desde allí, tomaron un vuelo a México, donde mediante redes de contacto de la comunidad LGBTIQ+ se enteraron de la existencia de un refugio, en la ciudad de Tijuana, adonde podrían esperar cruzar a Estados Unidos.