Unos meses después de grabar las primeras dos entregas de su historia, Richard nos manda un tercer capítulo. Impaciente para cruzar la frontera e infeliz que las organizaciones encargadas de manejar el proceso de “metering” priorizan a los que migran en familia y suelen ignorar a los migrantes solos, optó a cruzar ilegalmente. Pronto fue detenido y encerrado en condiciones deplorables, y unas semanas más tarde fue deportado a Haití, un país que se ha vuelto disfuncional y muy peligroso.